Cuando Boston Celtics controla las pérdidas es un equipo capaz de ganar incluso sin las mejores noches en el tiro de sus figuras. Sin embargo, cuando Boston Celtics se da a las pérdidas es incapaz de ganar, algo que ya se vio en otros partidos de estos Playoffs.
Las Finales del Este contra Miami Heat mostraron por completo este factor. Boston cometió 24 pérdidas en el sexto partido cuando tenían la oportunidad de cerrar la eliminatoria en casa. Jayson Tatum botó más de lo habitual y erró pases simples, y Jaylen Brown o Marcus Smart tampoco aportaron soluciones.
Este equipo de Boston tiene generadores en los Jays, el propio Smart o Derrick White, pero cambiaron la fórmula de años anteriores. Antes siempre había un base al lado de Smart, ya fuese Terry Rozier, Kyrie Irving o Kemba Walker, pero invirtieron en su crecimiento.
Aun así, los Celtics tienen noches en las que las pérdidas son su mayor mal. Pierden bolas sencillas, dan malos pases, botan demasiado e incluso su espacio está por debajo de niveles aceptables. Y cuando acumulan tantas posesiones regaladas vencer se convierte en una quimera, más en unas Finales.
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En esta ocasión, Boston perdió 19 balones en el segundo encuentro, que además condujeron a 33 puntos de los Warriors. De por sí, este factor resultó determinante en el partido.
"Somos un muy buen equipo cuando cuidamos la bola", dijo Tatum que cometió 4 pérdidas. "Pero tenemos esos lapsos en los que acumulamos pérdidas y cavamos nuestro propio agujero".
Como esta acción, en la que Tatum regala un pase terrible y excesivamente flojo. Como resultado, triple liberado de Curry.
En este segundo partido de las Finales el jugador que más se dejó por el camino fue el propio Smart, que perdió 5 balones. Él es el base del equipo, sin duda, pero está lejos de ser el creador más puro. Ha hecho -y sigue haciendo- un gran trabajo en la temporada, pero en ocasiones tiene noches como esta.
Se mostró precipitado y poco preciso en la ejecución. Tuvo buenas ideas, pero falló a la hora de convertirlas en realidad.
Por supuesto, Golden State tuvo mucho que ver en estas pérdidas. Tanto Milwaukee como Miami demostraron que ser físico y apretar las líneas de Boston se traduce en balones perdidos. Draymond Green y su actividad fueron la llave para abrir este sendero.
Mientras que Boston perdió 19 balones y recibió 33 puntos tras esas situaciones, Golden State perdió 12 balones y tan solo recibió 15 puntos tras pérdida.
El dato para los verdes es demoledor. En los últimos 9 partidos de Playoffs registran un 16,3% de pérdidas, el 4º peor dato de los 16 equipos en postemporada. Es decir, para Boston, el tramo de las Finales del Este y los dos primeros de las Finales.
La evolución de las pérdidas supone un registro negativo según avanzan los Playoffs. Por ejemplo, Dallas Mavericks tuvo un 11,5% en sus últimos 9; y Golden State, que durante la temporada regular fue uno de los peores en pérdidas, guarda un 14,9%.
Para Boston es innegociable el factor de las pérdidas. O controlan los fallos tontos y, sobre todo, cierran en la transición, o Golden State tiene un elemento clave para hacer muchísimo daño en la serie por el anillo.
Las opiniones aquí expresadas no representan necesariamente a la NBA o a sus organizaciones.