Julián Quiñones había tenido un par de oportunidades para anotar ante Tigres; una de ellas, solo de frente a la portería, con un cabezazo que, con Guzmán totalmente fuera de mapa, se le fue desviado. Y al iniciar el primer tiempo extra, tuvo otra grandísima oportunidad que el portero le tapó. Pero esta vez, el colombiano naturalizado mexicano tomó el rebote y pudo anotar.
Luego fue el turno de que, una vez destapada la botella, cayera el segundo, una bomba de Richard Sánchez para que explotara el Azteca.
Y para no ser menos, Cabecita Rodríguez lo liquidó con otro cañonazo sobre el final del juego.