Hay partidos que, con el tiempo, pueden convertirse en momentos icónicos. Es justamente el tiempo el que mostrará el verdadero significado de lo que pasó este viernes en la Caja Mágica, pero sin dudas que se puede haber tratado de un encuentro completamente simbólico. El duelo en donde, quizás, se puede haber dado el paso de mando. Y es que a Rafael Nadal y Carlos Alcaraz los superan sus eras y edades, pero los unen no sólo muchísimos detalles estadísticos, sino la sensación de estar adelante de una estrella a punto de explotar y hacer historia en los primeros pasos de sus carreras. Rafa lo hizo en su momento y la historia habló por sí sola. Y ahora parece ser el turno de Carlitos...
Con 19 años recién cumplidos, el murciano dio el gran golpe y se metió en las semifinales del Madrid Open tras derrotar a Rafa en un encuentro vibrante y cambiante. Fue por 6-2, 1-6 y 6-3, tras dos horas y 29 minutos de acción. Hasta aquí había perdido los dos encuentros previos disputados ante el de Manacor, el primero de ellos en Madrid 2021 y el segundo en Indian Wells este año. La tercera fue la vencida para el pupilo de Juan Carlos Ferrero.
El joven no tardó mucho en imponer condiciones. Después de un inicio en donde intercambiaron quiebres y en donde parecía que la paridad iba a primar, Alcaraz pasó a dominar con total autoridad. Mucha mayor profundidad y agresividad en sus golpes, confianza total y solidez en todo momento fueron algunas de las claves para quedarse con el primer parcial en 47 minutos. La diferencia de winners graficó el desarrollo: 19 contra apenas 2.
La dinámica cambió en el segundo. Alcaraz sufrió un caída y una pequeña torcedura en el tobillo derecho al finalizar el tercer game y le demandó una atención de unos minutos. Al regresar, Rafa fue implacable: quiebre en 0 y modo arrollador para estampar el 6-1, perdiendo apenas dos puntos desde la caída. Alcaraz acumuló 13 errores no forzados en ese parcial.
Claro que el murciano supo dejar atrás el mal pasaje y, con muchísima personalidad, recuperó el control. Sus golpes volvieron a pesar y así llegó el quiebre en 0 en el cuarto game, suficiente para marcar la diferencia necesaria. Su cierre fue con una demostración del material especial con el cual está hecho: genial saque y volea para tomar ventaja, luego un drop para conseguir su primer match point, y un espectacular passing con el drive para cerrar el encuentro tras un gran rally.