Carlos Alcaraz debutó en el Argentina Open y comenzó a enamorar al público en su triunfo vs. Laslo Djere

02-16-2023
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(Prensa Argentina Open)

Carlos Alcaraz, 19 años de edad y número 2 del ranking mundial de tenis, pisó la Catedral del deporte blanco en suelo albiceleste y comenzó a enamorar al público de este Argentina Open que colmó la cancha central con unas 5.000 almas. Lo hizo con una muestra de su jerarquía y su inquebrantable voluntad en el debut en este ATP 250 porteño, en el que venció al serbio Laslo Djere por 6-2, 6-4 y 6-2 tras cuatro meses de inactividad por lesión.

Desde el inicio, Djere supo que debía ajustar sus golpes tanto como pudiera si quería doblegar a semejante rival. Pero Alcaraz iba e iba, llegaba y llegaba con esa condición física nadalesca que le otorgan sus fresquísimos 19 años pero que además, lógicamente, es bien propia de él. 

No escatimó esfuerzos el español. Ante la quietud del cálido pero respetuoso público del court central Guillermo Vilas, la respiración de Alcaraz luego de cada impacto se sentía incluso cuando jugaba del lado de la red más lejano.

De inmediato se percibió ese talento propio de los campeones de Grand Slam o de los número 1 del mundo, ambas condiciones destacadas que este jovencísimo tenista ya ha cosechado. En ese primer tramo de juego se equivocó poco y nada, pegó derechas, reveses y hasta drop shots de similar calidad tanto completamente cómodo como extremadamente exigido.

(Prensa Argentina Open)

El público que desde temprano colmó las instalaciones del Buenos Aires Lawn Tennis Club.

Aunque sin delicadezas, supo lucir y de a poco, con golpes como una derecha paralela sacada desde el subsuelo del polvo de ladrillo que uno se preguntaba cómo hizo para ejecutar desde su metro 85 (no es una torre, pero tampoco un gnomo) fue conquistando al demandante público argentino que lo aplaudió mucho, sí, pero no lo ovacionó gratuitamente en esta primera presentación. Como si lo estuviera todavía estudiando, como si le marcara el terreno y le dijera "aquí las ovaciones se ganan". 

Un set tardó Alcaraz en ganársela, claro. Antes del inicio del segundo parcial, el público se entregó finalmente a ese "olé olé, Carlos, Carlos" que se había guardado cuando el español hizo su ingreso al estadio.

El tenis tiene algo quizá complejo de entender para el que no es habitué: cuando se empieza a desear el "mal" a aquel al que se alienta, especialmente cuando es neutral y más aun cuando es un fenómeno. Es lo que le sucedió a Alcaraz cuando estaba set arriba y break point para ponerse 3-2 y sacar: el público comenzó a darle aliento a Djere. ¿Repentino cambio de favorito? Claro que no: el deseo de que no definiera el partido tan rápido para poder verlo más tiempo. En esta ocasión, resultó: el serbio ganó el game. Aunque eso quizá complicara las cosas luego.

Porque el clima pesado de una Buenos Aires que transitó días de extremo calor más la inactividad oficial de más de un trimestre no era poca cosa. El apoyo al español volvió cuando un pequeño bajón puso al número 2 contra las cuerdas: 3-4 y 0-40. Y ahí volvió a mostrar la madera de la que están hechos los grandes: absoluta templanza y jerarquía para dar vuelta el game y empatar las cosas, aunque luego un luchador Djere se llevara el parcial 6-4.

El trámite no fue sencillo. Djere jugó mucho más cerca de su versión número 27 del mundo que de la actual 57. Mucho más cerca del que logró en este 2023 su primer triunfo ante un top 10 (vs. Casper Ruud en Auckland) que del que había perdido sus 7 duelos anteriores contra rivales ubicados en ese rango del escalafón. Claro que sucedió, eventualmente, lo que suele suceder en estos duelos: mientras uno debe hacer todo mejor que bien para ganar, el crack cuenta con las mejores armas y, si logra encausar al menos un poco la situación, tiene todo para sacarlo adelante.

Fue lo que hizo Alcaraz para sellar el pase a cuartos de final y asegurarle al público argentino que lo podrá volver a disfrutar.