Uncasville, Connecticut (enviado especial). El Mohegan Sun es un monstruo que no se ve venir. Ubicado en Uncasville, un área de la ciudad de Montville, en el estado de Connecticut (a unos 110 kilómetros de Springfield), este imponente hotel deslumbra en medio de una reserva india que, en los alrededores, solo muestra árboles y bosques. Tras cruzar un enorme pasillo que comienza en el estacionamiento, asoma lo bueno. Salones súper luminosos, con un brillo de lustre, limpieza impecable y aires de lujo que desembocan en un lobby majestuoso. Allí, en un epicentro que desemboca en tiendas y un casino, tuvo lugar el inicio de una celebración completamente especial para Manu Ginóbili.
Y lo de especial va en muchos sentidos, porque no sólo se trata de su histórico ingreso al Salón de la Fama, algo que ya de por sí solo es totalmente irrepetible. No solo se trata de quedar inmortalizado entre las leyendas. Manu vive una celebración dentro de su celebración. Una que, de cierta forma, es una celebración a su manera, la colectiva. "Estoy acá por las virtudes de los equipos en los que jugué", remarcó Manu ante la consulta de The Sporting News. Y, con el perdón de los Spurs, pero entre esos equipos, la Selección Argentina genera un no sé qué que toca más profundo en estas tierras y destaca en esta celebración.
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El Mohegan Sun fue un desfile que, para los amantes del básquet, bien podría haber sido como "estar en Disney". Girás la cabeza y pasa Walt Frazier, quien suelta para TSN que "el hecho de haber sido un pick de segunda ronda demuestra la grandeza de Manu, quien tiene completamente merecido el estar aquí". Mirás para otro lado y asuma Bruce Bowen, quien destaca que su ex compañero sea un estandarte deportivo incluso en la tierra de Maradona y Messi. Si te descuidás un poco, quizás te perdés que pasan Dikembe Mutombo, Chris Mullin o Bill Walton, o que por ahí están caminando Rudy Tomjanovich, John Calipari o Charles Barkley, rodeado de curiosos que lo reconocen y quieren algún recuerdo. Pero incluso en ese desfile de estrellas, unas caras conocidas sobresalen como parte de esta celebración particular.
Y es que Manu no sólo está con su familia, sino que tiene acá a su otra familia. Ginóbili invitó a la Generación Dorada y a varias de las personas que lo marcaron en su maravilloso camino, un gesto que lo pinta de cuerpo entero y que extiende esa celebración. Porque el propio Manu es quien quiere que esos nombres sean reconocidos dentro de su reconocimiento, algo que él mismo hizo en varios pasajes de la conferencia de prensa.
Esto no hace más que profundizar una certeza: la Generación Dorada es una familia de amigos y hermanos que se siguen eligiendo y, de cierta manera, llena de más orgullo a Argentina. "Estar acá es algo increíble. Que lleguemos un montón de compañeros y amigos nos hace poder vivir y sentir su misma energía, es como si nos estuviera representando a todos", le dice a TSN Fabricio Oberto, de los más cercanos a Manu por estar en San Antonio, uno que estuvo dando vueltas desde bien temprano en el evento.
Más entrada la tarde llegó la segunda oleada: Luis Scola, el eterno capitán, Pepe Sánchez y Gabriel Fernández. La banda empieza a tocar una vez más. "Pero me hubiesen dicho que se ponían traje", reclama un Luifa de camisa cuando se encuentra con Pepe, Gaby y Fabri antes de encaminarse hasta el Convention Center, donde se realizó el evento cerrado a la prensa en donde Manu recibió su saco naranja y anillo. Luifa se tomó sus dos minutos, subió a su habituación y sólo tras bajar para hacer el match de vestimenta se dirigió al evento. Sí, como un equipo...
"Estar al lado de él y acompañarlo es algo espectacular", destaca Pepe. "Estoy agradecido por haber tenido esta invitación", dice Gaby. Y ojo que esa invitación no se queda entre jugadores. Porque aquí también están dos entrenadores que marcaron a Manu como Oscar Huevo Sánchez y Julio Lamas. "Ahora empieza a caer la ficha. Me puso muy feliz cuando me llegó la carta de Manu invitándome al evento, me sentí con el pecho lleno, más que nada por la familia. Nosotros tenemos una amistad muy grande", destaca el Huevo. "Que haya invitado a la Selección Argentina a compartir este momento es otra muestra de cómo él siente al equipo, el compromiso que tiene y cómo valora y respeta la tarea de todos los demás", aporta Lamas.
La banda sumará a Chapu Nocioni este sábado. No estará completa, porque por diferentes motivos no pudieron hacer el viaje Carlos Delfino, Walter Herrmann, Puma Montecchia, Hugo Sconochini y Leo Gutiérrez (de los que ganaron la medalla en Atenas), ni tampoco Sergio Hernández. Pero la magia está intacta. Y de nuevo, la celebración trasciende lo que pase en Springfield. Y es que el grupo seguirá unido unos días más: tras la inducción de Manu, el destino será New York (a un par de horas de aquí) para disfrutar entre amigos y familia. Habrá un paso por Flushing Meadows para ver la final del US Open, pero la estadía de prolongará por la Gran Manzana, como las charlas, los recuerdos y las sonrisas.
"Hay que aprovechar, hay que disfrutar de la gente, de los amigos, de este momento en que nos podemos juntar", describe Gaby Fernández. "Nosotros nos sentimos pares, tenemos temas similares. En el auto veníamos teniendo charlas profundas de cosas que nos pasan, de las edades, de lo que siente uno y el otro. Y la verdad es que no hay mejor cosa que escuchar a tu amigo, al que te será sincero y conocés hace un montón de años, al que te va a aconsejar. Para mí esto significa un montón, reunirnos, juntarnos e intercambiar un montón de cosas. Por eso también valoro el hecho de relajarnos y pasar unos días juntos", agregó.
El espíritu dorado del básquet argentino está con Manu en Springfield, el lugar donde Ginóbili quedará inmortalizado porque, en parte, pudo disfrutar de ese espíritu dorado como jugador. Sí, acá se celebra el legado y la carrera de uno, pero ese uno quiere que la celebración sea de todos. Por algo hablamos de una de las estrellas más altruistas de todos los tiempos...