La historia de la Fórmula 1 en Estados Unidos: de la 500 millas de Indianápolis hasta llegar a Miami

05-06-2024
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Red Bull Content Pool

La Fórmula 1 y Estados Unidos han tenido siempre una relación un tanto especial. La predilección de los estadounidenses por los óvalos y la fuerte presencia europea en la categoría han hecho que su vínculo haya variado y cambiado durante los más de 70 años de historia de la competición.

Una historia que comenzó en el circuito de Indianápolis, el trazado más mítico a este lado del globo, y que continuó en Watkins Glen, Long Beach o Las Vegas hasta llegar al COTA.

Desde el 2022, Estados Unidos vio cómo el 12° circuito dentro de su territorio vio la luz con el Gran Premio de Miami, el que abrió una nueva etapa en la relación EE.UU.-F1. En 2023, Las Vegas regresó a la Máxima. 

The Sporting News repasa toda su historia.

Todos los circuitos de Fórmula 1 en Estados Unidos

En este link están todos los circuitos de Fórmula 1 que se presentaron en Estados Unidos, con la grantidad de Grandes Premios disputados más los últimos ganadores.

De las 500 millas a una prueba permanente

La relación de Estados Unidos con la Fórmula 1 venía de mucho atrás, antes de que se unificaran las normas técnicas que dieron lugar al nacimiento de la categoría como tal en 1950. Sin embargo, la presencia de las 500 millas de Indianápolis dentro del calendario de la competición no sirvió para ver a grandes corredores como Juan Manuel Fangio o Giuseppe Farina sobre el óvalo (aunque Ascari compitió en 1952 sin éxito), sino más bien como una toma de contacto de los estadounidenses con la máxima categoría de monoplazas. Durante toda la década de 1950 este evento se incluyó en el campeonato pero sus diferencias conforme la F1 avanzaba hicieron que para 1959 se buscara una alternativa en un trazado de road.

El lugar indicado fue Sebring como el último evento de la temporada, algo que se repitió en 1960 con el circuito californiano de Riverside, donde dos años antes ya se había corrido en una prueba no puntuable. No fue hasta 1961 cuando la Fórmula 1 dio con la combinación adecuada en el mítico y rapidísimo Watkins Glen. Un trazado en el que hasta 1970 apenas se pisaba el freno y donde las velocidades eran altísimas. No obstante, fue en la configuración posterior, mucho más parecida a la actual, en la que se produjeron dos fallecimientos de pilotos: François Cevert en 1973 y Helmuth Koinigg en 1975.

Este circuito en el Estado de Nueva York sigue siendo en el que más veces se ha corrido en el Mundial de Fórmula 1, un lugar donde Graham Hill y Jim Clark fueron los más laureados con tres triunfos, y se convirtió en un sitio de obligado paso para los aficionados a la categoría. 

De hecho, la popularidad del trazado de Watkins Glen hizo crecer el interés por la F1 en Estados Unidos hasta el punto de tener dos eventos en el mismo año con la introducción del trazado de Long Beach en el Gran Premio del Oeste de EE.UU. Entre 1976 y 1981 la ciudad californiana albergó un evento de Fórmula 1 donde se dieron momentos mágicos y memorables como el triunfo de Mario Andretti en 1977. 

Era de esplendor

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Los problemas económicos y la búsqueda de nuevos mercados llevó a la Fórmula 1 a otros lugares de la geografía norteamericana, circuitos semiurbanos situados en zonas un tanto inhóspitas y donde los aficionados no abundaban especialmente. La década de 1980 vio cuatro trazados nuevos en tierras estadounidenses: Las Vegas, Dallas, Detroit y Phoenix.

Los dos primeros no pasaron a la historia por su brillantez o sus grandes curvas, aunque sí fueron determinantes en algún momento. Para Carlos Reutemann la prueba de 1981 tuvo un recuerdo especialmente complicado pues en Las Vegas perdió la opción de ganar el título. Mientras que bajo el sol abrasador de Dallas en el mes de julio, Nigel Mansell se desfalleció a unos metros de la línea de meta después de que su Lotus se detuviera. 

Por otro lado, Detroit y Phoenix sí tuvieron un recorrido mayor aunque con resultados y sensaciones diferentes. El trazado de Michigan era perfecto para la competición pues combinaba cambios de velocidad con curvas estrechas, pero sus deficientes instalaciones lo bajaron del calendario en 1988. Misma suerte corrió la carrera en Arizona aunque este solo sirviera para ver a Senna ganar una y otra vez. Su desaparición tuvo mucho con la baja asistencia local.

Renacimiento y caída en Indianápolis 

the race

Después de casi 10 años sin presencia de un trazado estadounidense en el calendario, un viejo conocido regresó a la F1: Indianápolis. En esta ocasión no sería en el óvalo como tal sino en su versión Grand Prix, la cual corría en sentido inverso a las 500 millas y utilizaba su variante road. Desde el año 2000 el Speedway de Indiana fue el epicentro que congregó a miles de aficionados a la categoría y, sobre todo, vio a Ferrari triunfar.

Un lugar de amargo recuerdo para los estadounidenses pues aquí se escenificaron algunos momentos para el olvido como en 2002, cuando Rubens Barrichello tuvo que dejar pasar a Michael Schumacher por órdenes de equipo. En 2004, Ralf Schumacher sufrió un durísimo accidente que le fracturó varias vértebras. Al año siguiente se vivió uno de los momentos más bochornosos de la historia de la Fórmula 1 cuando apenas seis monoplazas tomaron la salida debido a que los equipos que llevaban ruedas Michelin no tenían la certeza de poder competir sin poner en riesgo a sus pilotos. 

Después de que el promotor tuviera que devolver el dinero de las entradas a los que lo pidieron de cara al 2006, el triunfo de Lewis Hamilton sobre Fernando Alonso en 2007 puso punto y final a la relación del óvalo con la F1.

Austin, Miami y Las Vegas, las nuevas casas de la F1

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No fue hasta 2012 cuando un nuevo circuito permanente hizo su entrada en el calendario. El COTA Circuit of the Americas situado en Austin ha sido desde entonces el lugar designado para albergar el Gran Premio de Estados Unidos. Un trazado moderno y adaptado a las necesidades de la competición que ha dado bastante espectáculo gracias a la combinación de curvas rápidas, rectas y grandes cambios de velocidad. 

Con las carreras de 2012, 2015 y 2021 en el recuerdo como algunas de las más emocionantes, el COTA ha ejemplificado que es posible que la F1 tenga lugar en este país. De hecho, en 2021 se registró la mayor afluencia de público de toda la historia en un Gran Premio con más de 400.000 personas presentes.

Ahora ha sido Miami quien ha tomado el relevo en 2022 con un nuevo circuito que cumplió con las expectativas de los aficionados. Pero ahí no acaba la cosa pues para 2023 Las Vegas regresó al calendario. Ahora, con tres carreras por año, Estados Unidos es el país que más acción ve temporada tras temporada.